LA FORMACION EN EL SSCC

23.08.2013 11:18

Formación inicial

"El compromiso de hacerse Salesianos Cooperadores supone una elección libre, gradual, motivada, madurada bajo la acción del Espíritu Santo y acompañada por los responsables. El aspirante que desea entrar a formar parte de la Asociación, acepta un programa adecuado de preparación" (PVA Est. 28.1)

El proceso de formación inicial es el camino de descubrimiento y maduración vocacional que ha de recorrer quien opta a ser salesiano cooperador con objeto de comprobar la propia llamada. Desde la Asociación se propone un programa adecuado de preparación y se acompaña personalmente al aspirante con el fin de ayudarlo a descubrir, a verificar y a madurar su vocación de Salesiano Cooperador.

La Formación Inicial que la Asociación ofrece se define en el Documento "Plan de Formación Inicial". En el mismo se define cual es la propuesta de camino de formación y discernimiento que los aspirantes han de seguir para ser salesianos cooperadores. En el mismo se indica la finalidad, características, criterios, agentes, metodología... que ha de tener la formación inicial; así como la propuesta de etapas en que se divide.

El Plan de Formación Inicial se completa con una propuesta de temas para la formación inicial. Tienen un valor indicativo al contemplarse los contenidos que se deben de cubrir a lo largo de todo el proceso de formación inicial, si bien pueden y deben de ser adaptados a cada situación particular. Se articulan en base a la definición del salesiano cooperador como una persona, llamada (cristiana) dentro de su condición (seglar) a vivir el carisma salesiano (salesiano) en el seno de una asociación (asociado).

Formación permanente

“El proceso formativo acompaña a los asociados a lo largo de toda su vida, puesto que el Señor llama siempre a través de la evolución continua de las situaciones personales y ambientales.” (PVA Reg. 15.1)

La formación del hombre no se limita solo a algunas fases o períodos de su vida. El hombre es un sujeto en continuo crecimiento y por esto tiene necesidad de adquirir convicciones personales cada vez más maduras y razones profundas de discernimiento.

Todo esto hace necesaria la formación permanente, que entra en el ámbito de la responsabilidad personal del Salesiano Cooperador, pero que es además una exigencia que la Asociación debe promover.

Por ello se nos ofrece a los salesianos cooperadores la “Carpeta de Formación Permanente” (enlace) como herramienta para “ayudar, apoyar, orientar y por qué no, para no desperdigar nuestra formación” y así seguir madurando y creciendo en fidelidad a la llamada que Dios nos hace día a día: ser Salesiano Cooperador.

Formación de formadores

“Los Salesianos Cooperadores acogen con espíritu de disponibilidad el tiempo de servicio de responsabilidad que se les pide, lo viven con discernimiento y profundizan su formación específica necesaria para dar mayor calidad a su servicio, según los programas establecidos por la Asociación.” (PVA Reg. 17.2)

Es una tarea de notable responsabilidad e importancia ayudar a otras personas a formarse. Esta se lleva adelante con la conciencia recíproca de quien se forma y de quien ayuda a formarse, de que todos somos discípulos de un solo Maestro, Cristo Jesús.

Por eso, también los formadores se comprometen a formarse. No son una categoría especial de personas, sino simplemente hermanos que ayudan a otros hermanos a caminar en la fe. Su tarea formativa debe verse entonces en la lógica de la comunión fraterna de bienes espirituales y como un servicio en el cual ellos mismos se enriquecen por el intercambio con los que se están formando.

Se advierte hoy en la Iglesia, y por lo tanto en nuestra Asociación, la exigencia de dedicar mayor atención y cuidado a la formación. De aquí nace la exigencia de preparar y calificar a los formadores.